Verbena octubre de 1952 

A pesar de las dificultades cotidianas, en una España en la cual estaba todavía vigente la cartilla de racionamiento, a los sampedreños de 1952 les supo a poco la feria. Tuvieron la suficiente energía y las suficientes ganas de divertirse para celebrar, una semana después de los festejos, una verbena, que además tenía el loable objetivo de conseguir fondos para una obra benéfica.

Así lo solicitaba Antonio Agüera al Ayuntamiento de Marbella para poder celebrarla el domingo 26 de octubre, según el programa de mano que aparece en la fotografía.

Antonio Agüera Samiñán era el presidente de la Junta de Festejos de ese año, integrada por Juan Jiménez Alarcón como secretario, y los vocales Antonio Contreras Sánchez, Antonio Peña Jiménez, José López Lozano y Juan Barrientos Martín. Esta Junta había sido propuesta al Ayuntamiento por los concejales de San Pedro Alcántara Joaquín Amores Blanco y Fernando Caracuel Bellido.

(Adaptado del libro San Pedro de Alcántara. Recuerdos de un pueblo y su patrón)

2 comentarios
  1. Manuel Fernández
    Manuel Fernández Dice:

    Érase una vez un pueblo…

    Me ha gustado que José Luis haga estas dos últimas referencias a las fiestas sampedreñas porque hay quien se queja –yo entre ellos- por lo deslucido que están resultando últimamente los festejos en nuestro pueblo. Da igual que sean actos patronales, carnavales, navidades… Tras esta “crisis”, que para San Pedro y Nueva Andalucía ya dura más de 17 años, quieren hacernos comprender que las restricciones son para todos. Pero lo único que vemos es que sigue existiendo discriminación para los que residimos al oeste de Río Verde.

    Como en una película del lejano oeste (Western), nos situamos en ese punto cardinal y tenemos nuestro propio Teniente de Alcalde (Lawman of the American West o Sheriff). La única diferencia de esta historia es que ahora “la mala” dispone de 233 caballos, marca Audi, modelo A6 3.0 TDI Quattro Tiptronic 6V, de unos 51.000,00 €, casi OCHO MILLONES Y MEDIO DE PESETAS, pagadas, seguramente en su mayor parte, de los impuestos generados por los ciudadanos residentes al oeste del Río Verde –léase San Pedro Alcántara y Nueva Andalucía-.

    Después nos llegan historias de héroes como las que protagonizan los estoicos vecinos de El Salto del Agua, los cuales pagan de su bolsillo todos los costes de su verbena, o las asociaciones ciudadanas, que deben costear las actuaciones de las orquestas en la feria de día, al contrario que en Marbella.

    Cuánto echo de menos esos maravillosos años, cuando la feria de San Pedro Alcántara se montaba en el “campo Ordóñez”, o como recuerdan mis padres, donde hoy se encuentra el Hogar de Personas Mayores y la calle Vélez-Málaga. Preguntad, los jóvenes que no conocisteis esa parte de la historia, quienes eran las estrellas que venían a nuestro pueblo y quedaréis estupefactos si comparáis con las que últimamente recalan aquí.

    Las comparaciones, odiosas comparaciones que tenemos y debemos hacer a diario. Pero no hay más remedio, por el pasado esplendoroso que tuvimos y por el presente que nos están robando.

    Mi más sincero recuerdo y agradecimiento a las casetas “El Ladrillo”, “Los 50”, “La Villa”, “Asociación de Padres Contra la Droga” y tantísimas otras que en su día contribuyeron a “hacer pueblo, historia y tradición”. Ojalá vuelvan alguna vez, quizás a la par que un nuevo orden local.

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