Portada Historia Casual

Para celebrar el Día del Libro reproducimos la página 103 de Historia Casual de San Pedro. Publicada en febrero de 2007, la primera novela histórica sobre San Pedro Alcántara, contada de forma amena por José Antonio Moreno Durán.

El autor utiliza como hilo conductor una trama familiar para contarnos la fundación de la colonia agrícola y su posterior desarrollo hasta llegar al siglo XX, donde conviven, y luchan, con resultado desigual, los partidarios de la independencia administrativa de la antigua colonia, convertida en ciudad turística, con los intereses de promotores urbanísticos al asalto del poder municipal.

Página 103:

Mi grupo, conmigo incluido, se integró sin problemas en la reserva espiritual del sampedreñismo, nuestra Casa del Pueblo particular [se refiere al Bar Hermanos Espada]. La adscripción política ya nos abrió la puerta, porque la mayor parte de nosotros tirábamos hacia el independentismo. Habíamos nacido en San Pedro y, por extraño que pudiese parecer, nuestras familias tenían bien ancladas sus raíces en la zona, a diferencia del noventa por ciento de la población, que provenía de otros lugares; pueblo de aluvión que se llama en términos demográficos. Esto provocaba que la tarea de sensibilizar al paisanaje con su ciudad resultase harto complicada. Al mismo tiempo, este hecho servía para reafirmar nuestro sentimiento de ser diferentes, si se me apura, casi como ungidos de una particular singularidad. Nos sentíamos independentistas pero no excluyentes, nuestras puertas estaban abiertas a quien quisiera, sin mirar el carné de identidad para saber dónde había nacido, ni su adscripción política, raza, talla, color de ojos ni nada de nada. Nos unía el sentimiento de abjurar de la capitalidad de Marbella, expresado en un tono belicoso o moderado, según quién entrase al trapo, aunque yo tenía la impresión de que muchos de nuestros argumentos eran más románticos que lógicos. Sería preciso resaltar, para tener una visión completa del cuadro, que nos encontrábamos dentro de una situación personal relativamente compleja. La mayoría acabando sus estudios o habiendo ya renunciado, tirados, sin un duro, y con poquísimas perspectivas de futuro, en medio de esa famosa crisis económica que azotaba por esos años con una fuerza inusitada. O sea, el caldo de cultivo ideal para cualquier localismo, nacionalismo o… populismo.

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