Bovedas Wyngaerde detalle

Las Bóvedas. Anton Van der Wyngaerde, 1567

Las condiciones físicas de la actual Costa del Sol malagueña: suelo regado por numerosos ríos, clima benigno y buenas comunicaciones marítimas, así como su situación en un lugar estratégico entre Europa y África, a la entrada del Mediterráneo, hicieron que fuera una comarca poblada desde la Antigüedad. Así lo demuestra la existencia de abundantes vestigios romanos, correspondientes a villas, y también a poblados, como Suel, Cilniana, Salduba y Barbésula.

Localizadas Suel en Fuengirola y Barbésula en la desembocadura del río Guadiaro, queda por concretar el emplazamiento de Salduba y Cilniana. Para muchos investigadores la ubicación de esta última podría estar en la desembocadura del arroyo del Chopo, cercano a la localidad de San Pedro Alcántara, dado la existencia de hallazgos arqueológicos en ambas orillas, en torno a dos yacimientos de especial interés: las termas romanas de Las Bóvedas y la basílica paleocristiana de Vega del Mar, con una cronología que comprende desde el siglo II hasta el VII.

De las termas romanas de Las Bóvedas, de lo que significan y de su conocimiento a través del tiempo, es de lo que nos vamos a ocupar en este artículo.

El primer testimonio gráfico de ellas lo tenemos en una sugerente perspectiva de la comarca de la costa occidental malagueña, plasmada por el dibujante flamenco Anton Van der Wyngaerde en el año 1567. El artista, con exactitud topográfica, trazó en el dibujo titulado «La costa de África» una visión que podría corresponder a una actual fotografía aérea, desde la punta de Calaburras hasta más allá del estrecho de Gibraltar. Además del litoral malagueño supo recrear de forma pormenorizada la costa africana, y entre ambos el Mediterráneo, siempre presente en nuestro paisaje, uniéndonos al continente vecino.

Bovedas entre Marbella y Estepona Wyngaerde

Las Bóvedas entre Marbella y Estepona. Anton Van der Wyngaerde, 1567 

Lo que nos interesa destacar de este panorama «facti ad vivum» por el dibujante que trabajaba a las órdenes de Felipe II, es que en el espacio vacío entre las poblaciones amuralladas de Marbella y Estepona aparece una única construcción, pero lo suficiente llamativa para que el artista le prestara atención y la representara en su dibujo: se trata de las termas romanas de Las Bóvedas, a 2 leguas de Marbella y a 3 de Estepona.

La construcción aparece junto al trayecto final de un acueducto -actualmente desaparecido-. Por suerte, el edificio principal de los baños ha logrado mantenerse hasta nuestros días con sus grandes dimensiones, constituyendo una muestra de un pasado esplendoroso y referencia obligada para eruditos y viajeros.

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